domingo, diciembre 23, 2007

MENSAJE DEL OBISPO DE MELIPILLA




- La paz y la alegría inundan cada familia que se une de todo corazón en estos días de Navidad.
Es el amor humano y cristiano que en estos días se expresa con fuerza, entregando algo de sí mismo a los otros; ese es el significado de los regalos!

El gran Regalo de Dios es su Hijo Jesucristo; Dios se ha hecho don para nosotros. Se ha dado a sí mismo! Se hace pequeño por nosotros y necesitado de nuestra ayuda: pide nuestro amor!

Entonces se trata de actuar como Él: ser nosotros mismos un regalo de amor y servicios.

Él es la esperanza de una vida plena de sentido, de una vida tan llena de amor que es capaz de entregarla a sus hermanos.
Así que recibamos con gozo al que es la esperanza de los pueblos y que ofrece una vida nueva.

- Que cada familia y cada cristiano celebre de corazón esta Navidad. Que cada uno descubra el modo de unir, de entregar algo bueno a otro y de renovar su cercanía con el Señor Jesús para crecer o llegar a ser un verdadero discípulo suyo, que se inspira en su Evangelio.

Estos días nos ayuden a seguir profundizando en el significado de las palabras de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Evang. San Juan 14, 6).

Meditemos un momento. Recemos por toda la humanidad, la paz y la fraternidad.

Felicidades, alegría y paz para todos.

Su hermano y Pastor.



+ Enrique Troncoso Troncoso
Obispo de Melipilla



Melipilla, 20 de Diciembre de 2007.

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