En el Día Internacional de la Mujer, como Iglesia queremos enviar un saludo a tantas mujeres de nuestro país y de nuestra diócesis.
Querida mujer: madre, hija, hermana, esposa y educadora, ser mujer es una larga y hermosa tarea que empieza desde que naces.
No tomas ningún curso para graduarte de mujer, pero desde pequeña, la familia, la escuela, los libros, la sociedad y el don de la Fe, te va indicando qué significa serlo.
A veces, esas enseñanzas te abre las alas y te muestra cómo volar, pero la humanidad te enseña que para volar necesitamos dos alas: una eres tú y la otra el hombre. Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas, la humanidad no podrá volar.
Necesitamos volar, ahora más que nunca, la causa de la mujer es la causa de toda la humanidad. Finalmente quiero decirte a ti, mujer, que tienes derechos, los cuales deben ser respetados, y para que tus papás, hermanos, hijos y esposo, te ayuden a ejercerlo.
La Iglesia se compromete en una oración especial por todas las mujeres, sobre todo por aquellas que están pasando momentos difíciles, para que el Señor sepa recompensarlas con el hermoso don de la vida, la salud, la fe y el amor.
+ Enrique Troncoso Troncoso
Obispo de Melipilla
Melipilla, 8 de Marzo de 2008.-
Querida mujer: madre, hija, hermana, esposa y educadora, ser mujer es una larga y hermosa tarea que empieza desde que naces.
No tomas ningún curso para graduarte de mujer, pero desde pequeña, la familia, la escuela, los libros, la sociedad y el don de la Fe, te va indicando qué significa serlo.
A veces, esas enseñanzas te abre las alas y te muestra cómo volar, pero la humanidad te enseña que para volar necesitamos dos alas: una eres tú y la otra el hombre. Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas, la humanidad no podrá volar.
Necesitamos volar, ahora más que nunca, la causa de la mujer es la causa de toda la humanidad. Finalmente quiero decirte a ti, mujer, que tienes derechos, los cuales deben ser respetados, y para que tus papás, hermanos, hijos y esposo, te ayuden a ejercerlo.
La Iglesia se compromete en una oración especial por todas las mujeres, sobre todo por aquellas que están pasando momentos difíciles, para que el Señor sepa recompensarlas con el hermoso don de la vida, la salud, la fe y el amor.
+ Enrique Troncoso Troncoso
Obispo de Melipilla
Melipilla, 8 de Marzo de 2008.-
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