martes, agosto 26, 2008

ADIOS BEIJING , HOLA LONDRES!

Después de la cuenta regresiva, se encendió el cielo. Ustedes lo vieron si formaron parte de esa exorbitante audiencia que los organizadores aseguran batió todos los récords durante estos Juegos Olímpicos, en los que todos en el mundo.

Y como sabemos todo lo que empieza tiene que terminar, y Beijing 2008 a llegado a su fin, fueron días emocionantes en donde todo el mundo estaba pendiente. Vivimos hechos que quedarán marcados en la historia del deporte por mucho tiempo, como los ocho oros olímpicos del nadador estadounidense Michael Phelps o los tres récords en el atletismo impuestos por el jamaiquino Usain Bolt.En general, una fiesta deportiva que puso a la capital de China en el centro del mundo y que nos deja con ganas de más, vamos a ver si Londres 2012 puede superar tal despliegue, la vara esta muy alta, no sera fácil.
Quizás no cuente con tantos voluntarios, pero Londres -se dice- tiene otro encanto. Su cultura, su vida cosmopolita. “Una ciudad multicultural, multiétnica, con una pluralidad de cultos. Eso es otro de sus fuertes”, dijo Rogge hablando en esta última jornada sobre el reto del próximo anfitrión.
El autobús con destino a Londres llegó después de los himnos y del traspaso de la bandera olímpica al alcalde de esa ciudad, Boris Johnson. De dos pisos, de rojo intenso, símbolo indiscutible de la nueva sede de los Juegos.
Luego se abrió para mutar en una vista de los íconos más representativos de la ciudad. Era verde, por la cantidad de parques en la capital británica.
Los organizadores de los siguientes Juegos Olímpicos se basaron en la idea de un autobús que se transforma para representar la visión de cambio en esa ciudad al ser sede olímpica.
Con música, bajo la guitarra de Jimmy Page, de la legendaria banda de rock Led Zeppelin, y la voz de Leona Lewis, fue entonces que tomó la batuta la capital británica.
Y con la imagen quizás más globalizada de ese país: el futbolista David Beckham.
El jugador recibió de las manos de una niña un balón que pateó hacia los atletas de los 204 países y territorios presentes en este juego, como una metáfora que expresa el poder del deporte como motor para unir al mundo y la importancia de la actividad deportiva para los jóvenes.
Poco después se extinguió la llama olímpica en el cielo de Pekín, anunciando el fin de unos juegos en los que China queda en lo más alto de la tabla de medallas.

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