Como los relatos de sangre y despecho que cuentan sus canciones, la historia de la ranchera mexicana es lo más parecido a un melodrama. No sólo en el rock los ídolos viven rápido, mueren jóvenes y crean leyendas: dos nombres capitales del género, Pedro Infante y Jorge Negrete, fallecieron cuando apenas superaban los 40 años. El primero en un accidente aéreo y el segundo a causa de una enfermedad crónica, aunque nunca consumió alcohol (ver fichas).Es por eso que Antonio Aguilar, el llamado "Charro de oro", el tercer ídolo popular de ese país junto a Infante y Negrete, era una excepción. La noche del martes 19, el artista murió a los 88 años debido a una serie de problemas renales y pulmonares derivados de una neumonía detonada en las últimas semanas.El artista fue velado ayer en la funeraria Gayosso, de Ciudad de México, hasta donde llegaron miles de personas con pañuelos y pancartas, incluyendo al Presidente del país, Felipe Calderón, junto a su esposa. El Congreso mexicano también guardó un minuto de silencio ante su deceso. Hoy su cuerpo será trasladado a su localidad natal, Zacatecas.Aguilar fue el último de los héroes artísticos que a través de discos y películas en las que participó como actor y guionista representó la vida, los anhelos y los vicios del México posterior a la revolución.
En Chile, la música mexicana tiene un gran arrastre en regiones, y bandas como Los Llaneros de la Frontera superan el millón de discos vendidos. "Fue el más carismático y el que más varió la música mexicana", dice Fernando Bustos, de Los Hermanos Bustos.
En Chile, la música mexicana tiene un gran arrastre en regiones, y bandas como Los Llaneros de la Frontera superan el millón de discos vendidos. "Fue el más carismático y el que más varió la música mexicana", dice Fernando Bustos, de Los Hermanos Bustos.
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